jueves, 30 de julio de 2015

Athletic-Inter Bakú, empieza otra aventura


Dos meses después de la gran final de Barcelona y poco más de uno después de la consumación de la gesta lograda por el Bilbao Athletic ante el Cádiz, vuelve a correr el balón de manera oficial para el primer equipo de los leones. Sí, esta temporada el Athletic empieza a jugar en una fecha tan inhóspita como es el 30 de julio, y esto se debe a que los vascos finalizaron séptimos en liga y su premio es participar en la Uefa Europa League, pero desde la penúltima ronda previa. 

El encuentro en cuestión es el que enfrenta esta tarde a las 20:45 en San Mamés (Etb1) a los rojiblancos contra el azerbaiyaní Inter Bakú, un club que nunca ha alcanzado la fase final de ninguna competición europea. Ernesto Valverde instaba ayer en rueda de prensa a mostrarse cautos y no confiarse; un servidor os comentaría las virtudes del juego del subcampeón de Azerbaiyán, sus jugadores más técnicos o la edad de su lateral izquierdo suplente, pero no quiere robaros el placer de buscarlo en google. 

Seriamente, hoy, desde una eliminatoria  muy temprana que no se corresponde con el nivel del Athletic, comienza el camino para lograr el sueño de levantar un título. En este caso, la Europa League, torneo que todavía no figura en las vitrinas del club y que desde  2012, tras una brillantísima actuación en la que se rozó la gloria, se considera como la opción más factible, que no fácil, para hacer realidad la utopía de sacar la Gabarra. 

Esperemos que hoy se resuelva la eliminatoria a favor de los leones y se ponga la primera piedra de una temporada extraordinaria para el club vizcaíno.  Para ello solo queda confiar y empezar a soñar desde hoy mismo, Aupa Athletic! 


domingo, 12 de julio de 2015

Mi Bilbao BBK Live 2015

Ha pasado volando, pero ya hace 3 días de que empezara la décima edición del Bilbao BBK Live. Después de una larga espera por fin llegaba el momento de la verdad. El jueves me despertaba con la mochila llena de ilusión, pero porqué no decirlo, también con alguna duda. Esto se debe a que, aunque hubiera escuchado maravillas de él, nunca había estado en un festival como éste y a que, a decir verdad, la gran mayoría de los grupos del cartel, al contrario que los de anteriores ediciones, me resultaban desconocidos. Sin embargo, todas mis reticencias se despejaron mientras el autobús realizaba el recorrido entre Barakaldo y Kobetamendi, precioso enclave donde tiene lugar el evento.

Camisetas de tirantes, gafas de sol, colores y cortes de pelo imposibles, disfraces, cervezas, sol, sonrisas de oreja a oreja... El gran ambiente que nos encontramos al llegar adelantaba los increíbles 3 días que viviríamos. A pesar de que en la jornada inaugural la cola para entrar al recinto fuera enorme y algo caótica, ya se notaba desde un inicio algo que por desgracia no estamos tan acostumbrados a ver, el buen rollo de los asistentes y sus ganas de pasárselo bien.

Al final, más rápido de lo que creíamos llegamos al final de la cola, nos pusieron la famosa pulsera y entramos. Nada más entrar uno se da cuenta del enorme tamaño del lugar y la cantidad de stans promocionales con actividades, puestos, campas arboladas, merenderos y por supuesto, escenarios que hay. Además del Bilbao Stage, el de mayor tamaño y donde actúan los grupos más populares, se encuentran el Heineken Stage, también al aire libre; el Carpa Stage, único escenario a cubierto y otros dos de menor tamaño, como son el de Red Bull y el del Bosque. Esta gran cantidad de espacios y la enorme variedad de estilos musicales del cartel del BBK, uno de las mayores virtudes del festival, consiguen que no haya tiempo para aburrirse y que siempre haya algo interesante que hacer para todos los gustos. 

Con esto, vuelvo al tema del cartel que presentaba este año el festival bilbaíno. Algo criticado por la menor popularidad de los artistas en comparación con anteriores ediciones, destacaba entre ellos con creces Muse. Mumford and Sons y The Jesus and Mary Chain representaban las bandas líderes del jueves y viernes respectivamente, pero Muse, que lo hacía de las del sábado, era sin lugar a dudas el cabeza de cartel y el mayor atractivo del Bilbao BBK Live 2015. No obstante, la música no se limitó a esos grandes grupos, de hecho, de los mejores recuerdos que guardaré del festival serán los geniales descubrimientos de grupos que desconocía o conocía mínimamente y cuyos conciertos me han sorprendio muy gratamente.
    (Detalle del recinto del Bilbao BBK Live 2015)

Como he comentado, la gran variedad musical y la simultaniedad de muchas actuaciones y actividades permiten (y obligan) a los asistentes a personalizar su experiencia. El primer día, después de pasear a lo largo del recinto con Of Montreal de fondo y de pasar un muy buen rato en el stan de Pringles, tanto con los hulla-hoops, como con el twister y el Karaoke, nos decidimos por ver una parte del concierto de Triggerfinger, que supo levantar a golpes de rock a los asistentes a su actuación en la Carpa. Después, en el escenario de Heineken, el segundo de más tamaño, Counting Crows (sí, los de Accidentally in Love, la de Shrek) ofreció una relajada, pero también divertida actuación. Inmediatamente después tocaba en el Bilbao Stage Mumford and Sons, un grupo  de folk rock que ha adquirido últimamente una gran popularidad. Ya que no estábamos excesivamente interesados en éste, preferimos verlos desde la distancia. Fue un bonito espectáculo que encantó a los aficionados de los británicos. Nosotros, sin embargo, cambiabamos de escenario antes de que acabara para poder disfrutar de Dover, el madrileño grupo de rock, que actuaba bajo la carpa. No tardaron en poner patas arriba y hacer enloquecer completamente al público, que no paró de gritar y saltar. En mi opinión, el mejor concierto de la jornada y una gran manera de cerrar la noche. 

Al siguiente día, con el terreno ya conocido, volvimos a Kobetamendi. Los asistentes ya se identificaban por los diferentes sombreros, pulseras, gafas etc que repartían las diferentes empresas, y que al destacar y ser gratis, triunfaban.  Al igual que el jueves, los protagonistas eran el sol y el gran calor. Nada más entrar nos dirigimos al escenario principal, donde la actuación de Azealia Banks ya había comenzado. No teníamos pensado quedarnos en ese concierto, pero la manera en la que la joven neoyorquina, acompañada de un DJ, hacía bailar a todo el público con su hip-hop nos convenció. Y menudo acierto, pocos lugares como el BBK Live para dejarse llevar por la música y bailar sin miedo a ser juzgado. Tras cenar fideos japoneses (¿Por qué no?) volvimos a dicho escenario a disfrutar de una de las actuaciones que más nos interesaban, The Jesus and Mary Chain. Conocimos este grupo de punk-rock alternativo a raíz de su confirmación para el festival, pero desde el primer momento nos gustó. Populares en los años 80, interpretaban su disco estrella, Psychocandy, que cumple 30 años. La actuación, aunque empezara con problemas de sonido y no llamara a la cantidad de asistentes esperada fue buena. Con una puesta en escena seca, y tocando casi con desgana, a juego con su estilo, este longevo grupo supo dar un gran espectáculo. 


    (Fotografía del Bilbao Stage, escenario principal del BBK Live)

Justo después actuaban AltJ y Zea Mays. Nos decantamos por Zea Mays por una razón muy simple, había anochecido y refrescado, y en la carpa se estaba mejor. Fue una poderosa actuación en la que Aiora Renteria, cantante del grupo vasco, hizo alarde de su increíble voz. Como cabía esperar, el mejor momento llegó con la interpretación de la archiconocida Negua joan da ta, cantada a gritos por todos y cada uno de los allí presentes. A medianoche, al acabar estos dos conciertos, dio comienzo el de Ben Harper & The Innocent Criminals. Fue el grupo que más gente atrajo el segundo día del festival y ofreció una tranquila y muy bonita actuación en la que el estadounidense supo conectar muy bien con el público, que le siguió en sus canciones más famosas como Diamonds on the inside y Amen Omen. Personalmente, disfruto más en conciertos algo más movidos, pero como he dicho, el BBK da para todo y se demostró en la siguiente actuación a la que asistimos, Shaka Ponk. Fue la mayor sorpresa del día, comenzaba en el escenario Heineken sobre las 2 de la mañana y supieron hacer olvidar al público el cansancio  y contagiar su completa locura. La increíble escenografía, el cantante que por momentos perdía la cabeza y el espectacular rock electrónico del grupo francés hicieron que todos olvidaramos lo que era la cordura. Genial cierra para otro gran día. 

Llegó el sábado, tercer y último día, pero también el más esperado, tocaba Muse. Se notaban dos cambios: no hacía tanto calor así que los tirantes, gafas de sol y gorros de paja habían sido sustituidos por camisetas y la afluencia de gente era mucho mayor, ¿he dicho que tocaba Muse? 

Al llegar estaba dando comienzo el concierto de The Cat Empire. No habíamos oído nada de este grupo que mezclaba varios estilos, como jazz y soft rock, pero de nuevo, nos sorprendió muy gratamente. Sus alegres ritmos fueron una excelente manera de dar comienzo a la tarde. 

Inmediatamente después tocaba en el Bilbao Stage el grupo rock indie Kodaline. Lo vimos sentados desde la distancia y nos marchamos antes de que acabara, pero no sonaban nada mal. Personalmente, el estilo del espectáculo me recordó al de Mumford and Sons. No lo vimos acabar porque queríamos buscar un buen sitio en el escenario Heineken para ver a The Ting Tings. Este grupo que mezcla tanto hip-hop como rock no dejó a nadie entre el público quieto. Su líder, cantante y guitarrista, Katie White, supo transmitir sus ganas de bailar, y el resultado fue un divertidísimo concierto en el que destacó la interpretación de "That's not my name", pero que no dio lugar a relajarse hasta que acabó. Fue genial y además, el último en el que podríamos respirar, porque ahora tocaba en el Bilbao Stage Monsters and Men, y 2 horas después, en el mismo lugar Muse (¡MUSE!). La mayoría acudimos a verles como si se trataran de teloneros de Muse y para buscar un buen sitio para éste. Sin embargo, aunque su actuación fuera corta debido a la enfermedad de un miembro del grupo dieron un excelente concierto. Tocaron sus canciones más famosas, como la pegadiza Little Talks, y me gustaron mucho, tanto su estilo como la propia actuación.

    (Fotografía del Heineken Stage durante el concierto de The Ting Tings)

Acabaron sobre las 11 de la noche y el concierto de Muse estaba programado para una hora después. Aunque la lluvia hiciera acto de presencia (ningún turista debería salir de Bilbao sin saber lo que es el zirimiri), la espera no se hizo larga. Pero es normal, el tiempo pasa más rápido cuando te dedicas a cantar que un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña con los nuevos amigos que has hecho por hablar de Harry Potter y de Juego de Tronos con ellos. 

Entonces, casi sin darnos cuenta, Muse, con su espectacular Psycho salió al escenario. A partir de ahí, indescriptible. El concierto fue increíble. Desde el primer momento, la gigantesca marea de gente que se aglutinó para ver a los ingleses no paró de botar al ritmo de uno de los mejores grupos de rock actuales. Se echaron en falta éxitos como Madness o Undisclosed Desires, pero en ningún momento se relajó el ambiente. Desde que se sintieron las primeras vibraciones del bajo en el pecho hasta que acabó, no paramos de saltar. Pero no fue solo música, la escenografía no pudo ser mejor: increíbles juegos de luces, enormes globos negros encima del público, preciosas explosiones de humo, confetti y serpentina... Las palabras que mejor definen lo vivido ayer en el concierto de Muse son locura y espectáculo, puro espectáculo. Había muchas esperanzas puestas en este concierto y superó holgadamente  las altas expectactivas, no pudo haber mejor colofón para el Bilbao BBK Live 2015. 

En resumen, el festival ha sido genial, una experiencia increíble. Se he hecho muy corto y solo me queda despedirme de Kobetamendi... Hasta el año que viene.

    (Fotografía del concierto de Muse en el Bilbao Stage)

domingo, 5 de julio de 2015

Portu Zaleak

La temporada 2014/15 del fútbol español terminó hace varias semanas, y como todos los años repartió gloria, fracaso y sinsabores. Los éxitos han sido logrados mediante títulos, como es el caso del Barcelona, que consiguió el tan meritorio triplete; clasificaciones para competicones europeas, entre las que destacan los pases logrados para jugar la Champions League por parte del Valencia, al alcanzar el cuarto puesto y por el Sevilla, al alzar otro año más la Europa League; permanencias que se lucharon hasta la última jornada y ascensos. 

Éstos últimos son éxitos cruciales para los clubes que los logran, ya que suponen un gran paso hacia delante para ellos. Destacan, obviamente, los ascensos a primera y segunda división, categorías en  las cuales la profesionalización del fútbol es total. Sin embargo, uno de los caminos más tortuosos que debe recorrer un equipo para recorrer el abismo que separa una categoría de otra es el que lleva de tercera división a Segunda B. Entre aquellos que han logrado dicha hazaña se encuentra el Portugalete, centenario club vizcaíno que ha vuelto a conseguir el ascenso a 2ª División B diez años después.

El conjunto jarrillero, que se proclamó vencedor del grupo vasco, cayó eliminado en la ronda de campeones contra un poderoso Talavera de la Reina (0-0/2-0). No obstante, en la repesca que se le permitía jugar como premio por su primer puesto en la liga vasca consiguió vencer al andaluz Martos (0-3/1-2) y al cántabro Cayón (0-0/3-0), logrando de esa manera el ansiado ascenso. Se había hecho de rogar, y tras demasiadas temporadas quedándose a la puertas del premio, había muchas esperanzas depositadas en el equipo de este año, que ha sabido responder. Este exitoso curso para el Portugalete ha sido motivo de ilusión y posterior celebración para sus aficionados. Además, a partir de este play-off y sobretodo del viaje realizado a Cantabria a animar a su equipo en la ida de la última ronda de éste, ha surgido una nueva peña de aficionados gualdinegros, Portu Zaleak.


Este nuevo grupo, formado actualmente por alrededor de una veintena de jóvenes, tiene como objetivo revitalizar la grada de La Florida, estadio del Portu; animar  y viajar con su equipo para conseguir que se mantenga en la división de bronce y sobretodo, disfrutar con él. Se definen a sí mismos como una peña joven, dinámica,  apolítica, abierta a quien comparta sus intereses y  a la que une la afición por el Portugalete y sus ganas de pasárselo bien. Por ahora, este grupo se está afianzando, pero en colaboración con otros aficionados del conjunto jarrillero y miembros de otras peñas, consiguieron crear un gran ambiente y destacar en las gradas tanto del campo del Cayón, como en La Florida, en la final por el ascenso.

La peña se mueve motivada por su ilusión por la temporada siguiente y sus miembros ya están trabajando en ideas para distintivos como bufandas, camisetas, pancartas... Además, ya se encuentran en Facebook y en Twitter (@PortuZaleak), redes sociales en las cuales publican todas sus novedades, vídeos y forografías y permiten que cualquier interesado se ponga en contacto con ellos.