lunes, 30 de noviembre de 2015

Tarde de fútbol en Vallecas



Tardes como la de ayer hacen grande al fútbol. Tardes como la de ayer, con un partido un domingo a una hora decente, con una afición que se desplaza en masa a la localidad visitante, llena de color y cánticos sus calles y es recibida con los brazos abiertos por los hinchas locales, son las que hacen del deporte rey la fiesta que siempre debiera.

Solo había dado tiempo a bajar la comida, pero nada más salir del metro se vislumbraba lo que iba a ser la tónica de la jornada, Pozas se había transportado cuatrocientos kilómetros al sur. Una marea rojiblanca, acompañada de algunos aficionados del Rayo, inundaba los aledaños del Estadio de Vallecas, y para regocijo de los hosteleros de la zona, que ya esperarán la siguiente visita de los leones, no dejaban al azar la hidratación de su garganta. En referencia a este aspecto, aprovecho la ocasión para agradecer su generosidad a Egoitz, ese amable desconocido que con la clase que caracteriza a un bilbaíno, insistió en invitarme a un Kalimotxo. 

Al aproximarse la hora del partido, y mientras el sol bajaba, ofreciendo una maravillosa vista del atardecer sobre las azoteas madrileñas, las calles se llenaban cada vez más y la gran conducta y buena relación entre ambas aficiones se hacía latente. 

El atardecer visto desde las escaleras del Estadio de Vallecas.

De esa manera, llegó la hora de llevar ese buen ambiente al campo. La mayoría de los seguidores del club vizcaíno se encontraban en la zona destinada para la hinchada rival, sin embargo, muchos otros aficionados del Athletic nos encontrábamos repartidos por todo el estadio, como es el caso de un servidor. A pesar de la huelga de animación de la famosa peña del Rayo “Bukaneros”, la fiesta continuó en la grada.

A decir verdad, espoleados en parte por el gran juego de su equipo, la afición de San Mamés fue la mayor responsable del espectáculo que se vivió fuera del césped. Por su parte, el público rayista, excepto en ocasiones puntuales, no encontró la motivación adecuada sobre el terreno de juego. Eso sí, tuvieron tiempo para exigir la dimisión de la junta directiva del club y felicitar con deportividad a la afición rival, quienes también demostraron la fama que les caracteriza al brindar su apoyo al Rayo Vallecano. 

Es triste que sea destacable, en estos tiempos de horarios inhóspitos, precios salvajes y estadios muertos, que un partido de fútbol acabe haciendo de un domingo una fiesta como la de hoy. Sin embargo, lamentablemente, no es tan común el saber estar de estas dos grandes aficiones y la magia que han transmitido dentro y fuera del Estadio de Vallecas, que encajonado en la densa morfología urbana del periférico barrio madrileño, nos recuerda que aun jugando en la élite, el Rayo Vallecano no deja de ser un orgulloso equipo de barrio. 

Y entre toda esta fiesta, también se jugó un partido de fútbol. El equipo de Valverde, que venía de asegurar el primer puesto en su grupo de la Europa League, no dio ninguna oportunidad al Rayo y se impuso por 0 goles a 3. Aduriz convirtió un pase adelantado de Raúl García con la zaga contraria descolocada apenas 2 minutos después de que comenzara el encuentro. El equipo matritense no reaccionó y permitió a un gran Athletic, a cuyo 11 habitual se incorporaron el recuperado Iturraspe por San José y  Lekue por Susaeta, llevar la batuta del partido. En una de las faltas que colgó Beñat al área del Rayo en la primera parte, Raúl García fue derribado por un defensor, siendo señalado penalti. Aritz Aduriz no falló, logrando de esa manera su cuarto gol en cuatro días. 

Con la llegada del descanso, Paco Jémez lanzó su equipo al ataque, pasando a defender con tres jugadores en la zaga y dando entrada a los atacantes Manucho y Bebé. A partir de ese momento, el Rayo consiguió generar alguna jugada de peligro más, sobre todo, a partir de la rigurosa expulsión de Aymeric Laporte. No obstante, su dominio fue mínimo, y la portería de Gorka no se vio en verdadero peligro hasta después del tercer gol de Aduriz, que aun con la mencionada posterior expulsión del central francés, sentenció el partido al rematar en boca de gol una falta botada por Beñat, que antes tocó Laporte. El público vasco ovacionó a los suyos por su gran actuación al final del encuentro, pero entre los cánticos de la afición destacó el nombre del jugador que se llevó el balón a casa.

El ariete donostiarra, para el que la edad no parece ser más que un número, está firmando unos cifras verdaderamente galácticas, con 20  goles en lo que llevamos de temporada y siendo la pieza clave del juego de los leones, en especial, gracias a su inigualable poderío en el juego aéreo. Sus excelentes actuaciones están siendo la razón principal de los éxitos cosechados por el Athletic en las últimas campañas, y no cabe duda de que las esperanzas puestas en el equipo para esta temporada pasan por sus botas y, sobre todo, por su cabeza.  

En resumen, después de esta gran jornada futbolística tanto en lo estrictamente deportivo como en todo lo demás, solo me queda decir “Aupa Athletic y Aupa Rayo!”.
                               La afición se reunía antes del partido en los aledaños del estadio

sábado, 28 de noviembre de 2015

La filosofía del Athletic



No puedes considerarte aficionado del Athletic hasta que no has aguantado, con más o menos paciencia, que llamen “el Bilbao” a tu equipo y, sobre todo, que algún ignorante critique su filosofía sin entenderla.

“No jugáis solo con vascos”, “Llorente era riojano”, “Laporte es francés”, o incluso “Williams es negro” son algunos de los argumentos que no se  antojan tan inverosímiles en la boca de alguno de los entendidos que se creen capaces de demostrar la falsedad de la curiosa política de fichajes de nuestro club. Aun siendo consciente de la inutilidad de esta explicación para quien no quiere escucharla, procedo a recordar que en ningún momento se ha dicho que en el Athletic solo puedan jugar futbolistas nacidos en Euskadi o de familia vasca.

 La filosofía del club vizcaíno, que en ningún caso refleja el racismo que lleva implícito el mencionado entendimiento equivocado de ésta, se resume en que no deseamos que ningún jugador sin lazos con el fútbol vasco milite en nuestro equipo. Es decir, tan solo jugadores formados en la propia cantera, o en la de clubes de las provincias de Euskal Herria (Bizkaia, Gipuzkoa, Araba, Nafarroa, Lapurdi, Zuberoa y Behe Nafarroa) o que hayan nacido en ellas podrán jugar en el Athletic. No parece algo tan complicado, no obstante, no dejan de aparecer voces que se dejan en evidencia a sí mismas al hablar más alto de lo que debieran sin estar bien informadas. 

Aunque en realidad, es comprensible que otros aficionados no sean capaces de entender como en el marco del globalizado fútbol actual, en el que cualquier equipo tiene la capacidad de contratar los servicios de jugadores de la otra punta del mundo, sobreviva y continúe al pie del cañón, como si una de una aldea de irreductibles galos se tratara, un club que sigue luchando contra el mundo  con “11 aldeanos” sobre el terreno de juego. Se antoja increíble como este reducto del fútbol romántico continúa 117 años después de su nacimiento en la élite del fútbol español, disputando varias finales, consiguiendo una supercopa de España, participando en las competiciones europeas y sobre todo, compartiendo únicamente con F.C Barcelona y Real Madrid, entidades cuya capacidad económica convierte en verdaderas selecciones mundiales, el honor de haber disputado todas y cada una de las ediciones de la Liga en primera división.

Aprovecho la ocasión para agradecer a mi familia, al azar geográfico y a quien haya que agradecérselo, el haber salido del Athletic, ya que de otra manera, no sé si aguantaría la envidia que me darían los seguidores del único equipo que con su tan especial estilo y forma de actuar, ha conseguido hacer historia y no bajarse nunca del vagón de cabeza del fútbol español.


domingo, 1 de noviembre de 2015

La propuesta joven del PP



Los tiempos cambian, y los partidos lo saben. En una sociedad en la que la juventud tiene cada vez más influencia, voz y, ¿por qué no decirlo?, razones para alzarla, la élite política sabe que no puede permitirse olvidar en su discurso al sector más joven de la población.

Los dos nuevos partidos que han desordenado el panorama electoral español con líderes jóvenes, Ciudadanos y Podemos, y la tendencia tanto de PP como PSOE  a dar importancia en su seno a caras menos vistas demuestran estas intenciones. 

No obstante, el duro reto que presenta la desconfianza en la política entre los desengañados jóvenes de este país no se soluciona con simples medidas estéticas. Lo que hacen falta son cambios en el mensaje y propuestas. Y por fin, lo han entendido.  No me refiero a Ciudadanos, con su idea de renovación, ni a Podemos, con su programa dispuesto a atraer a los sectores más concienciados con el cambio; hablo por supuesto, del Partido Popular. 

Los de Génova 13 han presentado esta misma mañana en rueda de prensa el innovador punto que incluirán en su programa para las elecciones generales del 20 de diciembre. Además del detalle de la novedad de la pantalla de plasma en 3D, que cada vez acerca más al presidente del gobierno a la prensa, la noticia de la comparecencia ha sido el paso adelante que por fin se ha atrevido a dar su partido. 

La comparecencia, sin preguntas, por supuesto, comenzaba a las 11am y tras una explicación del contexto que no hacía más que crear expectación, Mariano Rajoy ha presentado la que será la propuesta clave de su programa. No es otra que, en palabras del presidente, “incentivar lo guay en España para que nuestra gran nación vuelva a molar y les rente al resto de países europeos”. La explicación que dado para estas chocantes palabras ha hecho referencia a la “rayada de herencia del PSOE, que se flipó y se les fue flapa”. Se puede decir más alto, pero no más claro. 


No obstante, las reacciones entre el resto de grupos políticos no se han hecho esperar. El PSOE se ha pronunciado a través del twitter de Pedro Sánchez (más conocido en la red como “Pdr Snchz”), quien tras adjuntar una foto suya tomando el café, otra leyendo El País, y una última con el camarero de la cafetería en la que debía encontrarse, se ha dirigido duramente al PP con la siguiente cita: “Un tigre no pierde el sueño por la opinión de las ovejas, pelaos.”

Tampoco se han excluido de las críticas los nuevos partidos y los grupos nacionalistas. Albert Rivera ha afirmado apoyar la medida del Partido Popular, sin embargo, dice entender,  en las declaraciones que ha ofrecido al periódico ABC “que el término guay ha quedado políticamente desfasado, a diferencia de cool, que será el que defenderá Ciudadanos, un partido de centro, ¿habéis oído?, de centro. Sí, de centro. Centro, centro.” 

Por otro lado, Iñigo Errejón, miembro de Podemos se ha manifestado afirmando que “Rajoy es un carca que no sabe lo que se cuece en el patio”. Más adelante, ha pedido a los españoles que “ni se rayen con lo que diga Mariano, que está fuera del núcleo irradiador de la vida”. Mientras tanto, las críticas desde los nacionalismos periféricos han llegado sobre todo desde el País Vasco, donde los representantes de Bildu han tenido que abandonar su rueda de prensa por discrepancias entre los portavoces, quienes no han llegado a un acuerdo sobre si querían denunciar, condenar o rechazar las declaraciones del presidente. 

El resto de partidos no se han pronunciado claramente. La única noticia han sido los mensajes que han llegado a nuestra redacción comentando que Alberto Garzón, supuesto líder de algún partido político,  ha sido visto por las calles de Madrid suplicando a gritos que alguien le escuchara. 

En conclusión, a 50 días para las elecciones generales no hace falta comentar lo caliente que está el panorama político español. El juego no ha hecho nada más que empezar.